El dolor es uno de los síntomas que más consultas provocan en diferentes consultorios y servicios de salud de las más diversas especialidades. Las patologías que pueden causar el síntoma "dolor" son muchas: distintos tipos de cáncer, problemas articulares, infecciones, traumatismos, desórdenes digestivos, alteraciones cardiovasculares, etc. Los tipos de dolor también pueden ser variados, y su intensidad no siempre es un aspecto valorable, medible, de una manera objetiva. En realidad, no existe una relación unívoca entre el tipo y grado de patología y la intensidad del dolor que el paciente experimenta.
El dolor es, sin duda, una sensación compleja y subjetiva. Por ello, cuando una persona dice a su médico "me duele", y le pide que mitigue ese dolor, el profesional no se encuentra ante una situación fácil.
En la percepción subjetiva del dolor intervienen varios factores. Por un lado, incidirán la calidad e intensidad del dolor a nivel físico. Por otro, la situación personal e historia del paciente, el paso del tiempo en compañía del dolor, el significado que tiene el sufrimiento en su vida.
¿Cómo puede el profesional evaluar un síntoma tan complejo a la hora de tomar decisiones? El paciente tratará de expresar sus sensaciones no sólo con palabras, sino con actitudes. El profesional deberá tener sus sentidos y comprensión muy abiertos para poder captar un mensaje muy complejo. ¿Cuánto le duele realmente? ¿Cuánto influye su estado de ánimo, su actitud, sus recursos personales y familiares? De la respuesta que dé a estos interrogantes podrá extraer una idea aproximada del impacto que el dolor está haciendo en la vida de su paciente.
Artículo sacado de: www.latinsalud.com
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